Nuestra historia
El embrión…
Decididos a hacer más, el grupo comienza a realizar diferentes actividades benéficas para recaudar fondos; desde rifas y ventas de comida hasta eventos deportivos y conciertos. Además, se plantean la posibilidad de establecer alianzas con otras organizaciones que trabajen en beneficio de niños y jóvenes en situaciones vulnerables.
La solidaridad y el compromiso se convierten en pilares fundamentales de este grupo de amigos que, a lo largo de los años, no solo celebra su aniversario con alegría y gratitud, sino que también se enorgullece de las acciones solidarias y el impacto positivo que han logrado generar en la sociedad.
Cada año, el grupo renueva su compromiso de seguir luchando por un mundo más justo y equitativo, donde todos los niños y jóvenes tengan acceso a sus derechos fundamentales. La amistad y el compañerismo que los une se fortalece aún más a medida que trabajan juntos por una causa común, demostrando que el amor y la solidaridad pueden superar cualquier obstáculo.
En definitiva, lo que comenzó como un simple grupo de amigos y parejas de novios, se ha convertido en una verdadera familia, unida por valores de generosidad, compromiso y empatía. Y es que, como dice el refrán, la unión hace la fuerza, y juntos son capaces de lograr grandes cosas.
1996
WAWITAI – Nacimiento como Asociación
Pero en 1995 sucede un hecho que marca el punto de inflexión…
Como consecuencia de su nombramiento en la O.M.P, Luis Cuartero debe viajar a Suramérica y como uno más de los países a visitar se encuentra Bolivia, un país que Luís conoce bien. Allí estuvo destinado al comienzo de su trabajo como sacerdote y, entre otros, visita un lugar que le conmociona: “La Guardería infantil El Ángel”, situada en el suburbio “Villa Primero de Mayo” en Santa Cruz de la Sierra, ciudad a 856 Km. de la capital, La Paz, hacia el interior del país. Fundada por Sara Romero, religiosa seglar del ISCE en 1982, quien realiza una encomiable labor que será nuestro primer proyecto de grupo. Desde aquel verano de 1995, se comienza a destinar los exiguos recursos de las colectas del grupo a sufragar dicha guardería.
Pero también es el germen que dará su fruto un año más tarde. Un fruto llamado WAWITAI. El 19 de octubre de 1996 La Asociación Misionera se reúne para iniciar los trámites de su constitución. El objetivo es intentar incrementar el número de personas (y cuotas) y, paralelamente, solicitar ayudas a empresas, entidades y corporaciones. En un primer momento, lo hace como “Asociación Pública de Fieles” (Asociación canónica) bajo el paraguas de la Delegación Diocesana de Misiones de Zaragoza para evitar complicaciones legales que retrasarían las ayudas urgentes, en aquel momento, destinadas a la “Guardería El Ángel.
Y… ¿Por qué el nombre de Wawitai? Es un nombre quechua, el idioma de una buena parte de los campesinos de Bolivia, en donde “wawa” significa niño, “wawita”, niñito y “Wawitai”, mi niñito querido. Un nombre, éste último, del agrado de aquél primer grupo de fundadores.
Paralelamente y desde su situación como delegado de la O.M.P. en Madrid, Luis Cuartero propone ayudar en alguno de los proyectos que realizan misioneros en el tercer mundo. De entre todos ellos hay uno que capta su atención. Se trata de la labor de un Padre Blanco volcado en l@s niñ@s y jóvenes huérfan@s a través de la parroquia de Chilinde, en los alrededores de Lilongwe, la capital de Malawi. Quizá se deciden por él, porque además de la difícil labor que desarrolla, es natural de Zaragoza y será más fácil que, cuando visite la capital, les tenga al corriente del proyecto. Este será el segundo proyecto de WAWITAI.
Finalmente, la Asociación Misionera WAWITAI cumple con todos los trámites y celebra su Asamblea Constituyente el 17 de Octubre de 1997. Sucede además aquel verano, que Sara Romero y Julio Feliú, visitan Zaragoza y tienen ocasión de unirse al grupo en una de sus reuniones mensuales. Allí cuentan e informan de su labor e infunden nuevas ilusiones. Igualmente, el mes de julio, una pareja del grupo viaja a Malawi para conocer personalmente la problemática que Julio cuenta.
Es cierto que ya se había enviado puntualmente algún dinero a Julio, pero será a partir de la asamblea constituyente y de la presentación del proyecto de MALAWI en la misma, que éste se convierte en el segundo proyecto de WAWITAI. Un proyecto que se compone de varias ramas.
Una, el apoyo económico al misionero de los padre blancos para “los niños huérfanos de la parroquia de Chilinde”, donde realiza su labor. Malawi está siendo azotada por el SIDA. Multitud de niñ@s huérfan@s han quedado abandonados a su suerte. Muchos en los alrededores de la capital. Barriadas como Chilinde, Kanengo y posteriormente, Chinsapo y otras se llenan de gentes que llegan a la capital en busca de una oportunidad. Entre ellas, multitud de chaval@s solos que sobreviven como pueden.
Otra, la ayuda al “Hospital de Mtengo Wa Nthenga” situado a 49 Km. al norte de Lilongwe, la capital. Hospital creado por la Comunidad e las Carmelitas Misioneras para la ayuda a los infectados de SIDA y atención sanitaria en general, pero que apenas puede ejercer su función porque la ausencia de medios y medicamentos es absoluta.
Y siguiendo la razón de lo que significa Wawitai (niño querido) se colabora muy estrechamente con el “Centro St. Mary’s “Orfanato de Chezi.” , construido y dirigido por las Hermanas de María Mediadora, dónde se recogen, alimentan, educan y sacan adelante a niñ@s huérfanos a causa del virus del SIDA.
En aquella asamblea constituyente, se acuerda promover el envío, mediante contenedores, de alimentos y material sanitario, y la posibilidad de que, quien así lo desee, pueda hacerse cargo de la manutención y formación de alguno a más niñ@s y jóvenes de la parroquia. También se hace hincapié en que, si bien los orígenes de los primeros socios son bajo el paraguas de la fe Cristiana, queda claro que el objetivo de la Asociación no es una cuestión de “capillismo trasnochado”, sino de “caridad” y “justicia”, abierto a cualquier persona con inquietudes solidarias, sean estas cristianas, de otra confesión o de carácter personal o humanitario. Es por ello que, en un intento por incorporar otros y enriquecedores puntos de vista, se insta a que otras personas que no sean del grupo acepten ser miembro de la junta directiva.
Además, en la misma asamblea se constituye una comisión para estudiar qué cambios son necesarios realizar en los actuales estatutos para hacer posible dos iniciativas: favorecer la participación de todas las personas que lo deseen, independientemente de sus creencias, por un lado; y estudiar la inclusión en el registro de la DGA y del Ministerio del Interior como Asociación de Acción Social (Asociación Civil) para poder optar a las subvenciones que se convocan a nivel nacional.
Es un hecho que constituida la Asociación como asociación canónica y tras la experiencia en la tarea de solicitar ayudas, esta comprende la dificultad de acceder a algunas de ellas de carácter laico de manera que, mientras se busca una solución, se recurre a canalizar las solicitudes a través del Arzobispado de Zaragoza, por ser Asociación Canónica.
2000
WAWITAI se convierte en ONG
Finalmente, en la Asamblea General de 24 de Noviembre del año 2000, se somete a la asamblea por iniciativa de la Junta, constituir una nueva asociación de carácter civil que se denominaría Asociación WAWITAI (sin lo de “Misionera”) e integrar a la primera en la segunda como un asociado más. La propuesta es aprobada y una vez inscrita será esta ya quien continúe la labor.
Seguirán años de mucha actividad. Tanto en la captación de nuevos socios, como el la solicitud de ayudas de todo tipo; alimentación, bienes de equipo, medicamentos, etc. Se envían más de veinte contenedores a África y se sufragan gastos de alimentación, formación, infraestructuras… Y no solo de los dos proyectos aprobados en la primera junta; “otros destinos en Malawi y otros países” se van sumando, bien sean ayudas puntuales o más continuadas. La Asociación crece, crece el número de socios, crece el número e importe de entidades, empresas y corporaciones. Hospitales como El Servet, que a iniciativa de la Asociación en la persona de Milagros Peña, miembro de la Junta que trabaja en el Hospital y que se vuelca en que sea Malawi el proyecto elegido, inicia un proyecto de colaboración internacional con el “Hospital central de Kamuzu” de Lilongwe. Aquella pequeña semilla plantada el año 1996, es ya al inicio del siglo XXI y años siguientes, un árbol de buena planta que da sombra y cobija las necesidades de un buen número de niñ@s y jóvenes del tercer mundo. Una gota en el mar comparado con lo que queda por hacer, pero una gota con la que hemos podido llevar la sonrisa a las caras de unos niñ@s que la tenían secuestrada.
2008
La crisis…
Pero nada dura para siempre, tampoco la alegría… A partir de 2008, la crisis económica que sobreviene y que a España afecta especialmente, da al traste con las ayudas y donaciones de casi todas las entidades, empresas y corporaciones. El grifo se va cerrando poco a poco hasta no caer ni gota. Los asociados, afectados igualmente por el deterioro de la economía, causan baja en buen número. El Hospital Miguel Servet interrumpe y clausura sine díe el programa de colaboración con el sistema sanitario de Malawi… ¡Un caos…! Caos que al menos tiene una parte positiva y de admiración.
Carmen Ferrer y varias enfermeras que colaboraban y debían de colaborar en el proyecto clausurado por el Hospital Miguel Servet, deciden seguir con el programa por su cuenta y constituyen una Asociación denominada “Malawi Salud” con intención de recaudar fondos. Publican un calendario con el que consiguen los recursos para la estancia de las enfermeras. Los viajes comienzan pagándoselo ellas mismas y medicamentos, aparatos y otros bienes de uso médico y hospitalario, lo sufragan con ayudas proporcionadas por nuestra asociación WAWITAI, por sus propios asociados y por alguna ayuda que les concede el Colegio de Médicos y Ayuntamiento de Zaragoza de tanto en cuanto. Enhorabuena a est@s luchador@s por no caer en el desánimo y no abandonar una hermosa tarea de justicia.
Para la Asociación WAWITA la cosa pinta mal a finales de 2010. Tanto, que en la Junta General Ordinaria de marzo de 2011 el entonces presidente propone si no se debería estudiar el cierre de la misma. Proposición que es desestimada y, en la misma asamblea, se toman medidas para la supervivencia. Luis Cuartero se ofrece a ser el nuevo Presidente con la ayuda de otros miembros; se renuevan otros cargos, se cambia el domicilio social del local donde estaba ubicada la Asociación a la oficina de Misiones que Luis ocupa en el edificio de la Iglesia, en la Plaza del Pilar, a coste cero; se trata de reducir gastos al mínimo necesario… Todo lo que está en sus manos y permita, en la nueva realidad, intentar mantener la Asociación viva y los proyectos que la originaron, en marcha.
2011
Vuelta a empezar…
Aquel 2011 es un año de vuelta a empezar. Como el juego de la Oca. De nuevo a la casilla de salida. Y, aunque con renovada ilusión otra vez, (los miembros de la nueva junta no dejan de ser parte de aquellos de 1996) lo cierto es que van a seguir años de estrechez económica. La crisis se instala en las economías de muchos países de los que España no es ajena, y tardará en remontar.
Como idea para hacerlo, se propone mejorar el canal informativo con el asociado. Tratar, al menos, de mantener los que hay y, en lo posible, recuperar los que se han ido u otros nuevos. Para ello se mejora la web de la Asociación y se inicia la publicación y envío a los asociados de un Boletín Informativo de carácter periódico contando la marcha de los proyectos e incluyendo una sección, “Las Cuentas Claras”, que refleje toda la información económica de la Asociación. Gracias a dichos Boletines de carácter trimestral al principio, semestral después, y desde 2016 cada mes de diciembre, la historia de WAWITAI está debidamente reflejada en ellos. En su web puedes ver, leer, o descargar todos y cada uno de dichos Boletines. También las actas de las asambleas.
2024
Aquí seguimos…
Hoy, avanzado casi un cuarto ya del siglo XXI, sobreviven poco más de una centena de socios y, aparte de donaciones puntuales y alguna herencia milagrosa, se recaudan alrededor de 25.000,00€ al año. Los gastos son mínimos. El 96,5% de lo recaudado es destinado a la ayuda. Los gastos generales representan el otro 3,5%. Recursos que permiten mantener vivo el proyecto inicial de la Guardería El Ángel, que gracias a Dios ya no necesita de tantos recursos; y una parte del segundo, las Becas de formación profesional para los chaval@s de Chinsapo en el Colegio Don Bosco de Formación Profesional, en Lilongwe.
Aparte de estos dos, tres proyectos más reciben ayudas de la Asociación Wawitai en 2024.
Uno es el iniciado a la par de la crisis de 2008 a la Asociación Malawi Salud en su titánico esfuerzo por conservar la colaboración del servicio de enfermeras del Servet y provisión de medicamentos y equipo médico al Hospital Central Kamuzu. También la ayuda emprendida por esta Asociación en 2020 para la reforma de los Centros de Salud rurales de los alrededores.
Otro, un “Centro de acogida para niñ@s y jóvenes en el poblado de Abobo” en Etiopía, gestionado por otra clériga seglar que pertenece al “movimiento ADSIS”, María Taboada; también de Zaragoza. Es a raíz de un encuentro fortuito entre María y Ernesto en la Eucaristía de un domingo de 2016 en la parroquia de Valdefierro, que el presidente de WAWITAI conoce la labor que María desarrolla en aquel poblado de la región de Gambella, en Etiopía. Mas tarde nos envía información de la labor que la comunidad desarrolla; y así, poquito a poquito nos vamos involucrando en otro hermoso proyecto hacia los pequeñ@s y jóvenes más desfavorecidos…
Y por último, la “Guardería para niñas de la calle, ANKUR”, en los suburbios de Mira Road, India, donde trabaja la hermana Primi, también de Zaragoza. Una labor para dar cobijo, retirar de la calle y dar alimentación, cobijo y formación, a doscientas niñas abandonadas en un país, la India, donde estas niñas no valen absolutamente nada.
Aparte de éstos cinco proyectos que hay permanecen vivos, entre 2011 y 2024 se acometen algunos otros proyectos puntuales, como en la guerra de Ucrania, la tragedia de Filipinas o en situaciones extremas, como cuando el Covid…
La situación actual es como es. Casi todos los que empezaron la Asociación, ya no cumplirán los sesenta. El aire actual no propicia nuevos asociados en entidades de ayuda al tercer mundo; solo hace falta ver el número de trabajadores que las más importantes sacan a la calle en su afán de mantener sus proyectos. Tampoco en la Junta se sienten empujados por gente más joven que venga detrás para hacerse cargo de los cargos de dirección, que invariablemente se repiten año tras año.
Futuro
Sombras y Esperanzas…
Por otra parte, los misioneros y responsables de los proyectos, con sus vidas a ellos dedicadas y de honradez absoluta, se van haciendo mayores. Sara falleció hace unos años, si bien ahora continúa su labor Isabel Vasquez, también del ISCE. Julio dejo Malawi en 2022 y descansa su salud en la casa que los Padres Blancos tienen en Madrid. Su labor en Chinsapo la continua un nuevo responsable de la Diócesis de Lilongwe, un responsable al que no conocemos ni existe alguna vía de colaboración posible, salvo para el tema de las Becas, que recae en Lloyd Herman, ayudante de Julio de muchos años y colaborador en el comité de estudios del Colegio San Juan Bosco. Gracias a él y a las gestiones que este 2024 se inician con el colegio directamente, este proyecto puede seguir adelante.
Pero lo cierto es que poco a poco deben abandonar… Abandonar muy a su pesar lo que ha sido su vida entera. Ellos daban seguridad al correcto uso de las ayudas de la Asociación. Sin ellos, no existe la posibilidad de controlar dichos recursos. Es difícil acometer proyectos que no estén gestionados por personas que han dedicado sus vidas a los demás. Por eso ahora, se derivan las ayudas a proyectos que ya están gestionados. Y preferentemente, gestionados por misioneros, bien sean clérigos o laicos, pero consagrados a su misión. Si bien es cierto que viven la misma realidad: muchos de ellos no harán los sesenta ya.
No obstante, y sea lo que sea lo que el destino tenga a bien deparar a la querida Asociación WAWITAI, el ideario es el mismo que cuando empezó y, a estas alturas de la vida, una frase resume la historia de sus días:
POR TODO LO QUE FUE… ¡GRACIAS! – A TODO LO QUE SERA… ¡SÍ!