Bolivia en 1982…
Bolivia es siempre un bonito país, pero en 1982, sus gentes tratan desesperadamente de encontrar su sitio en la vorágine que bulle por todos lados . Igual ocurre en Santa Cruz de la Sierra, ciudad a 854 Km. al este de la capital, La Paz. Se compone de un núcleo que constituye la ciudad como tal, al que rodean ocho anillos donde la gente vive en casitas hechas de lo que tienen a mano. No hay agua corriente, electricidad ni servicio en las casas. Desde el centro parten de manera radial unos caminos de tierra que comunican todos los anillos entre sí, pero en el octavo no acaba todavía la ciudad; más allá de éste último anillo, un numeroso grupo de cientos de miles de personas venidas de la cordillera y de la zona rural, esperan cobijados bajo pequeñas tiendas construidas con hojas de plátano y palmera ¿A qué esperan…? Tan solo a disponer de una oportunidad para incorporarse a algún anillo de la ciudad. Integrarse en una población, que sin contar a éstos últimos, aglutina a más de 2.000.000 de personas que sobreviven como pueden.
Entre ellos, la parte más perjudicad, los niñ@s; que deambulan por las calles en busca de algo que llevarse a la boca. Algunos huérfanos. Otros, simplemente abandonados. Pero todos esperando a su suerte, o al amparo de algún hermano o hermana más mayor hasta el regreso de su/s progenitor/es que, teniendo que ir a trabajar al punto de la mañana y a falta de un lugar donde dejarlos, quedan tirados por las calles de la ciudad.
Y ese mismo año nace la Guardería «El Ángel»
Ante esta situación que se vive en Santa Cruz, Sara Romero Carro, misionera del Instituto Secular “Cruzada Evangélica” (ISCE) que realiza su labor de en la ciudad, toma su decisión y, a pesar de las difíciles condiciones económicas, se hace cargo de cinco niñ@s de la calle; l@s cuida, alimenta y, animada por su confianza en los valores cristianos y la providencia, logra recaudar algunos fondos de la iglesia y del gobierno boliviano para iniciar la construcción de un hogar infantil. Poco más que unas chozas al principio, pero el letrero ya lo confirma: La Guardería El Ángel, es una realidad.
La Guardería se instala en un terrenito entre el 5º y el 6º anillo, las afueras en aquellos años; en el sector “Villa 1º de Mayo”. El sector cuenta ahora con 250.000 habitantes, 17 barrios y 2 parroquias. Y allí cuidan, educan, asean y alimentan a niñ@s, desde los seis meses hasta los cinco años, en que han de pasar al colegio.
Sara y un grupo de colaboradoras procuran a los niños una infancia protegida y la perspectiva de un futuro mejor, feliz y auto determinado. El equipo no solo asiste a los niñ@s dándoles cobijo y alimentación durante las horas que allí permanecen. La educación es una de las claves. La única posibilidad de que aquell@s niñ@s puedan acceder, tras su paso por la guardería a una vida digna. De manera que, paralelamente al cuidado en la seguridad del recinto y alimentación, comienzan a prepararlos para la escuela primaria, inculcándoles la necesaria voluntad de aprender disciplina y habilidades sociales… Pero el futuro es incierto. Los recursos escasos. No pinta bien para Sara y su pequeña guardería aquellos primeros años. Años muy difíciles, y de enorme incertidumbre.
Solo un milagro puede arreglar la situación…
¡Y el milagro sucede en 1994…!
Año en que Sara conoce a Stefanie Lafrentz, periodista afincada en Hamburgo que viaja a la ciudad por motivos profesionales. Stefanie tiene ocasión de visitar la guardería y ver la labor que allí desarrolla la misionera; cómo el pobre “David”, encarnado en la figura de Sara Romero, intenta abatir en lucha desigual al gigante “Goliat”, resucitado en la injusticia, la miseria y la enorme necesidad que vive cada día la población. Y de entre toda esta población, los más pequeñ@s se llevan la peor parte…
La periodista queda conmovida y es el germen de una larga amistad entre las dos que dura toda la vida.
Stefanie será un nuevo apoyo y no único. Gracias a la influencia de Stefanie, se unen al proyecto el Dr. Andreas Pougin, abogado afincado en Colonia a quien se le ocurre la idea de fundar allí “El Ángel eV” como una organización sin fines de lucro para recaudar fondos para la Guardería. En ese momento, todo el “papeleo” pasa por su escritorio.
Y además, este último tiene ocasión de colaborar con un familiar: el profesor Dr. Jur Peter Pougin, jurista afincado igualmente en Colonia, quien se ocupa desde entonces de las finanzas. Gracias a estos acontecimientos la Guardería incrementa sus recursos y desde 1995 puede acoger a un mayor número de niños y niñas hasta alcanzar unos doscientos más o menos.
Y no es el único…
Porque tan solo un año más tarde que Stefanie visitara la Guardería, se da otro milagro. Quizá no tan importante en términos económicos como el primero, pero igual de bienvenido y necesario por parte de la Guardería.
Luis Cuartero, sacerdote y miembro de un grupo compuesto por varios matrimonios de Zaragoza, en España, ha de realizar un viaje a Sudamérica como nuevo delegado en Madrid de Obras Misionales Pontificias, O.M.P.
Una vez allí, visita varios países del sur del continente, entre ellos Bolivia, de donde guarda recuerdos entrañables de otra etapa de su vida como sacerdote. Allí había realizado su labor de misionero años antes durante más de una década; años que le dejaron una profunda huella en el corazón de la habla en no pocas ocasiones.
Como Stefanie, Luis tiene ocasión de conocer la guardería “El Ángel” y a la maravillosa persona que la dirige. Igual que la periodista, queda admirado de la labor y fuerza de esta mujer; se contagia de su determinación y alumbra la idea de ayudarle en aquella tarea llena de dificultades. Y lo intenta de la única manera que le es posible, la económica.
A su vuelta, redacta un informe para hacer conscientes de su vivencia a quienes conoce en España, y especialmente en Zaragoza, a su grupo de matrimonios y amigos.
Y lo consigue. Sus palabras e imágenes les conmueven y, desde aquel año, la guardería “El Ángel” ocupa un lugar en su corazón y es objeto de su ayuda. Como actividad del grupo en un principio y, finalmente, como primer proyecto de la “Asociación WAWITAI”, constituida el siguiente año de 1996.
Sara nos cuenta cómo es un día cualquiera en la Guardería…
Entre las 7:30 y las 8:30 de la mañana, pequeñas oleadas de niños van llegando a la guardería “El Ángel” acompañados por sus padres, madres, o alguna persona a quienes éstos han encomendado la tarea…
¡Es un gran momento de alegría! Verlos cómo entran con sus pequeñas mochilas o bolsos, como pequeñas-GRANDES personas, por su seriedad y decisión. Vienen limpios y resplandecientes…
Una responsable del centro y varios educadores los van recibiendo y se hacen cargo de ellos. Lo primero es dar cuenta del apetitoso desayuno que ya está preparado para ellos. Esto dura hasta las 8:45 horas. Los que llegan los últimos han de tomárselo a toda prisa…
Luego son ordenados en función de la edad y la educación…. Y sobre las 9:00 horas están todos los niños en sus respectivos salones, aulas o parque, según la programación del día.
Los tres grupos más pequeños, (BEBES DE CUNA), los de un año (PAJARITOS) y los de dos años (TUTUS), realizan sus actividades de estimulación temprana mediante delicados ejercicios de psicomotricidad. También entonan cortitas y divertidas canciones, juegos, danzas, expresión corporal dirigida, manejo de juegos didácticos, etc.
Cuando dan las 11:00 horas, comienzan a prepararse para el almuerzo con el lavado de manos, etc… Primero entran los mayores (Kínder, Pre-Kínder y Pitufos) y dan cuenta del almuerzo que consiste unas veces en una sopa de verduras con algo de carne o pollo de primero, y pollo con arroz o carne de segundo. Un refresco y de postre, gelatina, yogurt y cuando se puede, alguna pieza de fruta. Otras veces, el primero es una fresca ensalada de verduras…
Entre las 12:00 y las 12:45, ya han terminado de almorzar todos los niños de los distintos grupo y poco a poco, va cesando el bullicio y la gran algarabía mañanera y algo milagroso e increíble sucede: El centro se convierte en un precioso y esperado santuario, en el que se pueden escuchar las bellas melodías de los “Momentos de paz”.
¡No se puede creer! ¡Todos los niños están dormidos o en silencio…!
Sobre las 14:00 horas, los niños de los grupos mayores ya están alistados para pasar las clases con sus profesores. Con ellos desarrollan las actividades educativas según el “currículum oficial de educación infantil de Bolivia”.
Mientras, los más chicos realizan pequeñitas actividades de círculos, asambleas, juegos, divertidas canciones, vídeos y otros…. Estas actividades se desarrollan entre las 15:30 y las 17:00. Antes de salir, toman su merienda, mientras hacen tiempo para ser recogidos por sus papás o personas de confianza…
Entre las 17:00 y las 18:00 y después de un día lleno de juegos, emociones y aprendizaje, los niños se disponen felices a salir, en busca de los brazos de sus papás. Los que más tarde salen del centro son los de 4 y 5 años, que salen a las 18:00 horas.
En éste sencillo escrito, que se me ha alargado un poco, (les pido disculpas) he intentado darles a conocer el tema de la vida de los niños, aquí, en la Guardería “El Ángel”.
Desgraciadamente, cada día, entre 10 y 15 niños nuevos solicitan un espacio para ingresar en la guardería……. ¡Es tan difícil atender a las familias y no poder decir que sí a sus ruegos de acogida para que sus hijos no anden solos por las calles todo el día…!
Desde aquí envío un saludo muy afectuoso a todos y cada uno/a de las personas que hacen posible éste pequeño milagro… ¡Cada día!
EL AÑO 2013…
En abril de 2013, en una de sus pocas visitas a Zaragoza, tenemos una nueva ocasión de conversar con Sara. Ha venido a pasar unas semanas en El Burgo de Osma (Soria) donde reside su madre que es ya muy mayor y, de paso, en el trayecto a Barcelona hacia una de las casa para jóvenes desestructuradas que allí tienen, descansar unas horas junto a nosotros.
En el recibimiento estuvimos cuatro asociados y una compañera de Sara venida desde Barcelona, llamada Manoli que nos cuenta también cosas muy interesantes.
Relata cómo conoció a nuestro desaparecido Luis Cuartero y los buenos recuerdos que tiene de él. Nos cuenta cómo fueron los primeros pasos de la guardería en una ciudad de unos 30.000 habitantes como era entonces Santa Cruz, que actualmente ha crecido de forma exponencial, siendo una de las mayores ciudades del mundo por su crecimiento y suma más de 2.000.000 de habitantes.
Cómo los frutos de más de 30 años de trabajo están dando resultados; que al inicio de la Guardería, las parejas bolivianas cuando tenían varios hijos, los hombres solían abandonar a la mujer, con lo cual ella se encontraba doblemente vulnerada pues se encontraba sola y sin un trabajo y, al tener que buscarlo primero, y ejercerlo después, los niñ@s quedaban solos. Y ya se sabe, unos niñ@s solos, salen a la calle, y se encuentran a merced de las circunstancias de la vida. Pero ahora, los padres de los niñ@s que hoy en día van a la guardería, son los niños que un día estuvieron en ella. Y se preocupan de su educación, colaborando tanto padres como madres en las actividades que se realizan. Parece que la labor realizada en todos estos años está haciendo cambiar a mejor la situación de los niños y de la mujer boliviana.
También las circunstancias político-económicas están cambiando en el país. Y aunque los dirigentes políticos nos son de fiar y la demagogia es su manera de actuar, el gobierno ayuda, aunque sea mínimamente, al mantenimiento de la guardería pagando un pequeño sueldo a los maestros. Que no les llega para vivir, pero es algo. Sara tiene que completar el sueldo y pagar al resto de trabajadores: cocineras, jardinero, etc.
Pero Bolivia es una nación que está dividida en dos; por una parte los poderosos y las multinacionales, con grandes minas de hierro y litio; y por otra los indígenas. El gobierno les da algún dinero, pero esto hace que no se preocupen por trabajar y salir adelante de la situación de subsistencia que viven.
Nos describe que la congregación a la que pertenecen, ISCE, además de la guardería, tiene un colegio con 3.000 niños en las distintas etapas de la enseñanza, un centro especializado en formación agropecuaria para jóvenes, un hospital y escuela de formación para auxiliares de enfermería y una casa de acogida para jovencitas.
Nos tiene en gran consideración por la ayuda que le enviamos. Todo lo que la congregación hace es gracias a la ayuda de la gente más desfavorecida y de ONG´s como nosotros.
Sara es puro nervio y alegría, que vuelca en todo lo que hace y nos contagia a todos los que estamos a su lado.
En su despedida, antes de subir al AVE hacia Barcelona, trasmite su agradecimiento a todos los asociados y amigos de todo corazón por el esfuerzo que hacemos, y más en las circunstancias económicas que hay en todas partes.
ELAÑO 2014…
En otra de sus cartas al año siguiente, Sara sigue contando de su Guardería “El Ángel”. Lo primero: ¿Por qué se llama “El Ángel”…? Resulta que en la familia del Padre nace una niña cuando él era muy joven, pero fallece al poco. Él lo siente tanto que comienza a encomendarse a Ella; le encomienda muchas cosas y también “toda su carrera.” Siempre dice que “fue El Ángel de su carrera.”
Por eso, a la hora de poner un nombre, piensan en ponerle el nombre de la niña, pero reparan que ese nombre no va mucho con las gentes de allí, tan americanos. Y deciden ponerle “El Ángel” en memoria de ella. En un momento dado, el Padre compra un ángel, tomando un niño de la mano. La escultura, bella de verdad, preside desde entonces el despacho del centro. El número de cosas, apuros y peticiones a este ángel es incalculable. Pero siempre nos escucha y favorece, a nosotras y a l@s niñ@s que están aquí a diario. Sentimos su protección constantemente.
Son muchas las historias que vividas durante estos 33 años; difícil de contarlas todas hoy, pero sí algunas…
Al principio, al abrir la GUardería, las madres por nada quieren dejar aquí a sus hij@s. Tienen la idea de que es para robársel@s y venderl@s. Tenemos que hacer hasta teatro y circo de payasos para que entren y así puedan comer y pasarlo divertido. De esta forma nos conocen y ven que venimos con buenas intenciones y con la única finalidad de ayudarlas y hacer un centro para que los niñ@s puedan desarrollarse y vivir felices.
Me resultaba incomprensible la desconfianza de las madres, y que tengan esa impresión; pero luego, meditando sobre ello, comprendo que es lo más normal. Que el amor de madre les hace reaccionar de esta manera ante lo desconocido. Comprendo que el nivel social y cultural no disminuye el maravilloso “Don” del amor inconmensurable de una madre, su cariño y protección.
Fue un 19 de Enero de 1.982 que empezamos a trabajar con 4 niñ@s, y de aquel día, hasta el día de hoy, alrededor de 200 niñ@s llegan diariamente, Podemos decir con toda verdad y alegría que los niños que tenemos en la actualidad son hijos de aquellos primeros niños. Vemos con satisfacción, que los padres se han abierto camino y muchos de aquellos, hoy son profesionales.
Este centro crece y sobre lo poco que hay cuando se abre, se edifica a medida que pasa el tiempo. Desde la cabañita de motacú del primer año hasta las seis aulas repletas de niñ@s de hoy. Niños desde los 2 meses hasta 5 años que luego van a nuestro colegio. Gracias a Dios y a algunas personas de buen corazón que se aparen por aquí; como por ejemplo, un día el Banco Mundial nos ayuda construyendo 6 aulas y la barda. Luego, otro día es la Prefectura de Santa Cruz que trae una ayuda con algunos de los alimentos que se producen en el país…
Nuestros niños son privilegiados; tienen la gran suerte de que si se lastiman aunque sea un poquito, los llevamos al hospital, y los reciben y curan como a príncipes. Les regalan las medicinas. Otra de las suertes que tienen es que al salir de aquí, tienen una plaza segura en el colegio para seguir la educación básica y poder acceder a estudios superiores o universitarios. Hasta la fecha de aquí ya han salido 23 promociones.
Desde aquí he ido muchos años a pasar clase al colegio, fundamentalmente en horario nocturno. También durante muchos años he atendido la catequesis de Primera comunión, Confirmación y otro montón de años he preparado catequista y el bautismo de adultos y matrimonios.
Otro dato a conocer: es gracioso saber que aunque la guardería está a dos cuadras y media del hospital, yo duermo en la casa de las mayores y desde allí todos los días Mily que trabaja en el hospital y yo que trabajo en la guardería venimos desde la Av. los Cusis hasta la Villa que son más de ocho kilómetros de distancia.
Dicen que ésta guardería es la más antigua de Santa Cruz, la que funciona de forma ininterrumpida desde el principio y la más grande en infraestructura, número de niños que cuida y tiene más posibilidades de aprendizaje; ya que cuenta con el Prekínder y Kínder oficiales, un aula de informática para los niños de 4 y 5 años, y es la más barata.
Tiene una tapia de 1 metro de ladrillos y después malla olímpica. En realidad parece una jaula, tiene árboles muy grandes y el edificio se encuentra en el centro de la finca. Hay lugares para que los niños puedan jugar con arena húmeda y espacio para correr, además de un parque. También una pequeña piscina para los días sofocantes. No es un lujo: es una necesidad aquí en Santa Cruz.
Nos acompaña una Virgencita blanca ubicada sobre un promontorio de piedras grandes de cuyos agujeros salen chorros de agua que riegan unas plantas, palmeritas que se riegan solas. Ese lugar es un espacio de tranquilidad, frescura y el sonido del agua al caer hace música, aquí se puede pasar mucho rato y si no fuera por la cantidad de trabajo que tenemos nos quedaríamos allí, ya que este espacio invita a la oración y la meditación.
Ahí nos reunimos con los niños, todos las mañanas después del desayuno, aprendiendo y recordando cosas de la Fe y haciendo el propósito de los valores para el día; cosas pequeñas pero, que con el tiempo, se van incorporando en sus inocentes vidas que, espero, vayan creciendo en ellos cada día más; cosas que nunca se les olvidará.
Y LLEGAMOS AL AÑO 2020…
Tanto de la Guardería como de la situación del país ha mejorado. Poco a poco los padres pueden ir aportando un poquito para el mantenimiento. También el Gobierno colabora, si bien de manera más bien escasa. Pero con los dos cauces nuevos y los de siempre, la Guardería va realizando su labor y rescatando de las calles a un buen número de niños y niñas que estaban condenados. Condenados sin juicio, sin juez, sin fiscal acusador ni abogado defensor. Excluidos de esa ley de “Derechos Humanos” en una clara demostración de la tragedia de nuestra raza; de la dicotomía entre lo que desea y lo que acaba siendo su realidad. Una lógica consecuencia de la misma realidad que se da en cada uno de los seres que la componemos, pero que a veces, en una rara excepción como ésta, podemos soñar en que otro mundo puede ser, y debe ser, posible….
HASTA HOY…
Sara fallece el 22 de Abril del año 2020. Un golpe tremendo para quienes la queríamos y para la Guardería. Pero queda en nuestro recuerdo su eterna sonrisa y esa fuerza que le acompañaba en todo lo que hacía. Personas como ella nos hacen albergar esperanza en nuestra humanidad. Esa que las noticias de cada día parecen querer arruinar.
Pero un rayo de esperanza ilumina la Guardería. Sara estuvo acompañando su andadura desde que empezó, en 1982, y hasta que empezó a ser mayor de edad. Ahora todo pinta un poco mejor, dentro de la situación complicada que vive toda Sudamérica. Los siguientes son años en que la ayuda solicitada va descendiendo. Prueba de que la Guardería ya comienza a andar poco a poco con sus propios recursos.
En 2024 vuelven a solicitar ayuda para algunos proyectos nuevos a WAWITAI, proyectos que vemos con satisfacción no van dirigidos a socorrer necesidades primarias, sino a dar mayor valor al trabajo y formación en su labor. Proyectos como la educación de alumn@s y papás en los valores de una dieta equilibrada; de la necesidad de inculcar en ellos los beneficios de aumentar el número de frutas y verduras en la alimentación y descender el consumo de carbohidratos…
A pesar de los signos de mejora y autosuficiencia, WAWITAI seguirá su evolución permaneciendo atentos y dispuestos a colaborar en nuevas necesidades de “La Guardería “El Ángel” dentro de sus posibilidades e ideario.
Wawitai, Zaragoza a 2 de Febrero de 2024