Como os hemos ido contando, ampliamos nuestro trabajo en Lilongwe, y poco a poco la situación en el hospital cambia para mejor, pero siguen ocurriendo cosas terribles, que nos dejan la impresión de que nada avanza.
El primer equipo de este año de 2019, igual que los anteriores, ha de afrontar situaciones de una urgencia vital; una urgencia a la que no están acostumbrados. Es raro en España hacer reanimaciones cardiopulmonares a niños. Si son niños muy graves y terminales no se lucha inútilmente. Pocos niños llegan a urgencias en parada cardiorrespiratoria.
Así que, a pesar de que en Lilongwe las paradas forman parte del día a día; dada la gravedad de los niños que llegan, las primeras reanimaciones son siempre un poco improvisadas: nada está en su sitio, no se encuentra el ambú, el niño no lleva vía a pesar de llevar un rato ingresado…
Pocos niños salen de una parada cardiorrespiratoria, así que esta vez, cuando la niña volvió a tener latido, cundió la euforia en el equipo “¡¡¡¡ha salido!!!”, se oyen los gritos…
Pero yo ya soy cauta, y me lo pienso antes de compartir la alegría “¿Respira…?”No. No respira. Su corazón latía pero no respiraba. Necesitaba un apoyo respiratorio a la espera de que mejorase de la enfermedad que había originado la parada, es decir, necesitaba un respirador pero no había, hay muy pocos en el hospital y estaban ocupados. Tras un rato largo de apoyarle con el ambú, los profesionales de allí nos dijeron que no tenía sentido mantenerla viva sin los medios necesarios, que no iba a sobrevivir y que si lo hacía sería en muy malas condiciones. Tuvimos que dejarle morir ante la mirada rota de la madre. Se me hiela la sangre en las venas de escribir esto. Otra muerte evitable. Otra injusticia…
Seguramente la bebé tenia una enfermedad infecciosa que no debería haber sido muy grave. Una vez curada estaría en unos días gateando tras su madre. Tenía 8 meses….. Quizá una diarrea, que tendría que ver con las malas condiciones de higiene en su casa; o con la falta de agua corriente y potable… Y su gravedad con la poca formación de una madre incapaz de darse cuenta de que su bebé se estaba poniendo muy mal; con el pensárselo dos veces antes de dejar a los otros hijos solos, las faenas pendientes y pagar el transporte; y las carencias en la atención de urgencia en el hospital… Llevaba ya horas allí cuando le atendimos….
Una amiga me decía, “habrá que respiradores”…
Pero no sé ¡Hay tantas cosas que cambiar!
Casi prefiero no pensar en todas ellas porque me puede la impotencia. .. No entiendo mucho de deportes, pero parece ser que en el futbol es importante mantener la posición y no ponerse todos a correr detrás del balón… Es posible que lo mejor que podamos hacer es seguir en nuestro puesto, trabajando lo mejor que sabemos, e introduciendo las mejoras que están a nuestro alcance.
El arreglo del centro de salud de Chinsapo de este año igual promueva que las mamas lleven a sus bebes a ese centro con más facilidad y confianza….