La archidiócesis acaba de perder a uno de sus sacerdotes más valiosos. Su plural, diversa y eficiente labor, ejercida a lo largo de su vida ministerial, configuraron la figura de un apóstol de honda espiritualidad y, a la vez, muy sensible a los signos de nuestro tiempo.
Don Luis Cuartero Lapieza falleció anteayer, y hoy se celebrará en el altar mayor del Pilar el funeral que presidirá el arzobispo metropolitano, monseñor Ureña, y al que, estoy seguro, asistirán una buena parte del presbiterio cesaraugustano, así como numerosos fieles.